El Qhapaq Ñan, Sistema Vial Andino, es un camino vivo declarado Patrimonio Mundial en 2014, que mantiene su vínculo original con las comunidades andinas, vulnerables a fenómenos climáticos y geodinámicos. En el Valle de Tambillos, en Ancash, las comunidades quechuas preservan este legado mediante faenas comunales como el Naani Aruy, una celebración anual de limpieza y mantenimiento de los caminos incas. Estas labores ancestrales, transmitidas desde épocas precoloniales, fortalecen la resiliencia al cambio climático, combinando conocimientos heredados y científicos, y reflejan una cosmovisión que fomenta la reciprocidad y convivencia con el entorno. Esta práctica destaca cómo la conexión entre naturaleza y cultura responde a los desafíos ambientales actuales y cómo la gestión colaborativa puede descolonizar las categorías de patrimonio para abordar mejor el cambio climático.
