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Plan de acción para la conservación de la cotorra cabeciamarilla (Amazona barbadensis) en toda su área de distribución 2022-2031
La cotorra cabeciamarilla (Amazona barbadensis) es una de las pocas especie dentro del género Amazona adaptada a vivir en ambientes áridos y semiáridos. El plan de acción para la conservación de la cotorra cabeciamarilla (2022-2031) es el primer plan de acción para toda su área de distribución, convirtiéndose en un importante documento que contiene el accionar con la especie durante los próximos diez años, con la identificación de los responsables y posibles colaboradores. En este documento se han incluido acciones que se han venido realizando, así como nuevas acciones que también serán beneficiosas para la conservación de la especie, dentro de las cuales destacan acciones enfocadas en generar condiciones para la reintroducción de la especie en Aruba.
Relevancia cultural y espiritual de la naturaleza
Estas directrices ofrecen un enfoque hacia la creación de un papel prominente y apropiado para la relevancia cultural y espiritual de la naturaleza dentro de la gobernanza y la gestión de las áreas protegidas y conservadas. Intentan superar algunas de las dificultades causadas por los objetivos contradictorios a la hora de comprometerse con la cultura en el contexto de la conservación de la naturaleza. Lo hacen reconociendo la diversidad global de visiones del mundo, sistemas de gobernanza, religiones y lenguas que conforman las diferentes formas de entender la naturaleza.
Explorando el futuro de los aceites vegetales
El informe hace hincapié en la importancia de respetar y apoyar los derechos de los pequeños agricultores y los sistemas locales de producción de aceite por sus resultados socioeconómicos positivos y su contribución a la seguridad alimentaria. El informe reconoce que dentro de cada sistema de aceite vegetal hay tanto actores como resultados buenos y malos, e insta a adoptar una perspectiva matizada. Se recomienda un enfoque sistémico para abordar eficazmente los distintos retos. Entre el público objetivo figuran gobiernos, comerciantes, asociaciones de agricultores y procesadores, que desempeñan un papel crucial en la realización de sistemas aceiteros sostenibles.
Naturaleza positiva para las empresas
La naturaleza (en los ámbitos del agua, la biodiversidad, la tierra/suelo y el aire/clima) sigue disminuyendo, con importantes repercusiones negativas para la sociedad. Las empresas deben comprender su impacto y su dependencia respecto a la naturaleza, gestionar los riesgos relacionados con ella e integrar el valor de la naturaleza en su toma de decisiones para identificar y aplicar oportunidades que contribuyan al objetivo global de una naturaleza positiva. Fundamentalmente, naturaleza positiva representa un cambio sistémico y transformador más que una «reformulación» de las prácticas actuales. El uso de enfoques de priorización puede permitir a las empresas identificar áreas en las que pueden tener una contribución material y significativa desde el principio, a medida que se adopta el cambio sistémico y transformador a lo largo de la empresa.
Soluciones basadas en la naturaleza para metas climáticas corporativas
Las soluciones basadas en la naturaleza (SbN) son actividades emprendidas para proteger, gestionar de manera sostenible y restaurar los ecosistemas naturales y modificados en beneficio simultáneo de las personas y la naturaleza. Las SbN son fundamentales para abordar desafíos como el cambio climático, la seguridad alimentaria e hídrica, el riesgo de desastres, la salud humana y el desarrollo social y económico. Esta publicación describe las vías disponibles para incluir SbN en las estrategias climáticas corporativas, en consonancia con la definición, los principios y el Estándar Global para SbN™. Cuando se implementan correctamente, las SbN ueden contribuir a la mitigación del clima y adaptación al mismo, al tiempo que ofrecen importantes beneficios para la biodiversidad y el bienestar humano.
Directrices de la CSE de la UICN sobre conflictos y coexistencia humano-vida silvestre
Debido a que los conflictos humano-vida silvestre son cada vez más frecuentes, graves y generalizados en todo el mundo, su resolución es cada vez más desafiante. Las directrices pretenden sentar las bases y los principios de las buenas prácticas, con orientaciones claras y prácticas sobre la mejor manera de abordar los conflictos y hacer posible la coexistencia con la vida silvestre. Estas han sido desarrolladas para ser utilizadas por profesionales de la conservación, líderes comunitarios, responsables de la toma de decisiones, investigadores, funcionarios gubernamentales, entre otros. Centradas en enfoques y herramientas para el análisis y la toma de decisiones, no se limitan a ninguna especie o región del mundo en particular.